CAPÍTULO 2
OLIVIA
[Lunes 18 de Septiembre 10:45 am]
Hoy no voy a la escuela, y no, no es porque no haya clases hoy. Sí no porque tengo que ir con mis padres a su casa, para ver algo sobre la escuela, y eso implica un largo viaje además de una larga documentación y demás por el cambio, por lo que faltaré toda la semana. Pero no estoy tan apurada por ello, ya que ya he conseguido quien me pase los trabajos, y quizá así me relaje un poco.
-Ya me voy -le aviso a Catherine quien está en el baño arreglándose para ir a la escuela.
-Esta bien -me contesta-, ¿ya llevas todo? -me pregunta mientras sale del baño con las manos sujetando el enchinador de pestañas.
-Sip -le digo mientras sonrío y levanto el pulgar de mi mano derecha haciendo .
-Con cuidado entonces -Y así es como salgo para ir al aeropuerto.
LUIS
[05:55 am]
Me despierto y al ver la hora, me doy cuenta de que todavía faltan 5 minutos para las 6 am, es muy temprano aún, pero aun asi me levanto ya que se que si me desperté es por algo y ya no podré volver a dormir. Me levanto de la cama y voy directamente al baño para lavarme la cara y al terminar me pongo los lentes, al salir arreglo un poco mi habitación y me cambio de ropa, voy hacia la cocina y preparo el desayuno, cosa que no hago desde hace mucho tiempo. Mientras espero a que se caliente mi café, voy a mi habitación para poner la ropa de entrenamiento en mi mochila, al igual que la tarea que hice ayer.
A las 06:45 am salgo de mi casa con la mochila en una mano y el café en otra. Me voy caminando de nuevo, ya que no he ido a arreglar la bicicleta, pero bueno a esta hora el paisaje es muy bueno a decir verdad, además hace un poco de frío lo cual hace un combo perfecto a mi parecer.
Llegó a la escuela hasta las 08:27 am, debido a unos contratiempos que tuve, como pasear por la ciudad ya que no tenía prisa por llegar temprano o a tiempo.
-Un día llegas tarde y al otro temprano ¿eh? -dice Tagoe al mismo tiempo que me siento a su lado.
-Si, bueno así es la vida de las arañas pataconas -digo mientras me río dejando una pequeña sonrisa en mi rostro.
-¿Arañas petaconas? -pregunta confundido ante tal expresión- ¿qué es eso? -Pero yo no le doy respuesta, solo me concentro en sacar mis audífonos y ponerme a escuchar música, al tiempo que me pongo a jugar “Kitty Death Room”.
[13:45 pm]
Me estiró sobre mi escritorio al momento en el que suena la campana indicando el fin de las clases, ya que la clase estaba muy, pero muy aburrida. Voy hacia la salida de la escuela y en el camino me encuentro a Christian.
-¡Hey! Luis -me llama Christian entusiasmado mientras se acerca a mí- ¿Estás listo para el entrenamiento? -dice llegando a mi lado
-Hola Christian -bostezo-, por supuesto.
Al llegar a la salida de la facultad, nos encontramos con el resto de la pandilla, y nos vamos a jugar basquetbol como de costumbre. La verdad no somos un grupo tan grande, solo somos Tagoe, Christian, Charlie, Alan, Kurt y yo, un grupo de 6 personas.
Jugamos un buen rato, después de ello nos vamos al café.《¿Dónde estará?》Me pregunto a mi mismo viendo la mesa donde suele sentarse la chica, la cual ahora está vacía 《tal vez llegara tarde》pienso mientras sigo a mis amigos a nuestra mesa. Pero no lo hace, pasa el tiempo y ella no llega al café, al ver que son ya las 19:56 pm me resigno a que esta vez no vendrá.
-Oye -me llama Alan al ver que me levanto de la mesa-, los chicos y yo iremos a mi casa a pasar el rato, ¿te apuntas? -me invita.
-Eh -me quedo un rato pensando-, no, creo que hoy no -le rechazó la invitación y voy agarrando mi sudadera del respaldo de la silla donde estaba sentado.
-¿Por qué ese cambio tan repentino en ti? -me pregunta Kurt-, nunca habias dicho que no, ni entre semana -indica, y es cierto lo que dice.
-Es cierto, pero hoy no -le digo mientras me acerco al mostrador para pagar-, hoy me voy a casa, es tarde y tengo cosas que hacer mañana.
-¿Ah sí? -dice Tagoe confundido- ¿Como q… -no lo dejo terminar ya que salgo del lugar.
Me voy a mi casa sin dejar de pensar el por qué la chica no fue hoy al café, quiero decir, nunca ha faltado, ni un solo dia. Es extraño que lo haga. Trato de pensar que está bien, y para alejar mis pensamientos me pongo los audifonos.
OLIVIA
[01:38 am]
El taxi que tomé al salir del aeropuerto se está deteniendo. Termina por estacionarse enfrente de una casa antigua, la cual está construida de ladrillos rojizos como lo están la mayoría de las casas en la vieja bedford. El conductor termina de bajar mis maletas del maletero y yo le pago.
Después de analizar lo que estaba apunto de hacer toque la puerta de la casa. En la mayoría de los casos nadie me abriría la puerta, pero puesto a que sabían que vendría lo hicieron. El rostro que me abre la puerta lo conozco muy bien, es mi padre.
-Oli -me llama con dulzura y con ese apodo que me puso cuando era niña, mientras sonríe-, cariño ha llegado nuestra hija -abre la puerta para dejarme pasar y le informa a mi madre.
Y así es como entró en la casa en esa casa, la casa de mis padres, lugar en el que no he puesto ni un solo pie desde que me mude a Estados Unidos, hace casi dos años para ser exactos. A medida en la que me adentro en la casa, me doy cuenta de que no ha cambiado nada, son los mismos muebles, el mismo color blanco grisáceo en las paredes, y todo eso me trae recuerdos.
-Olivia, hija que bueno que has llegado ya -menciona mi madre saliendo de su cuarto-. Nos preguntamos a qué hora llegarías.
-Hola mamá -le contestó el saludo.
-¿Te apetece tomar algo?
-No, así estoy bien. Gracias -le digo pero me ignora.
-Ven vamos a la sala para que te pueda preparar un té -nos vamos a la sala y apesar de ser poco prudente debido a la hora, comenzamos una pequeña platica acerca de la escuela y todo ese asunto por el que vine. Eso hasta que mi padre bosteza.
-Bueno, creo que lo más prudente ahora sería descansar -dice mirando la hora en el viejo reloj de pared que hay arriba del sillón en el que estoy sentada-. Después de todo, nuestra hija debe de estar cansada de su largo viaje.
Después de ello me voy a mi habitación, la cual ahora cumple el rol de una habitación de invitados. Y al lado está la de Cedric, mi hermano. Desisto ante el pensamiento de entrar, ya que aún me sigue doliendo su partida. Y terminó entrando a la mía.