Capitulo anterior: El equilibrio de los mundos capitulo 6
Capítulo 7: El Despertar de la Sombra
Eira se despertó, encontrándose una vez más en el misterioso lugar blanco. Su respiración era pesada y el corazón le latía con fuerza en el pecho. Recordaba claramente la última vez que estuvo aquí, pero esta vez algo era diferente. La atmósfera parecía más densa, como si el aire estuviera cargado de energía mágica.
Antes de que pudiera reflexionar más sobre su entorno, una figura apareció a lo lejos. Eira entrecerró los ojos, tratando de discernir más detalles. La silueta comenzó a moverse hacia ella, con pasos lentos pero decididos. A medida que se acercaba, Eira pudo ver que la figura tomaba forma femenina.
Finalmente, la figura estuvo lo suficientemente cerca para que Eira distinguiera sus rasgos. Se quedó boquiabierta al darse cuenta de que estaba mirando una versión de sí misma, pero con el pelo y los ojos de colores diferentes. El cabello de la figura era negro como el carbón, y sus ojos ardían con un brillo rojo intenso.
—¿Quién eres tú? —preguntó Eira, su voz temblando ligeramente.
La figura sonrió de forma siniestra y respondió con una voz que resonaba extrañamente familiar.
—Soy Arie —dijo—. Soy tú, pero al revés. Soy la parte de ti que has reprimido, el verdadero poder que resides en tu interior.
Eira dio un paso atrás, sintiendo una mezcla de miedo y curiosidad.
—¿Qué quieres de mí?
—Para poder despertar tu verdadero poder, tendrás que derrotarme —anunció Arie, adoptando una postura de combate.
Antes de que Eira pudiera reaccionar, Arie atacó con una ráfaga de energía mágica. Eira apenas logró esquivar el primer ataque, pero pronto se dio cuenta de que estaba en una gran desventaja. No podía hacer magia como los demás, y siempre había dependido de su ingenio y habilidades físicas.
Arie no le dio tregua. Cada ataque era más feroz que el anterior, y Eira se encontraba constantemente a la defensiva. Usó todo lo que había aprendido en la academia para intentar esquivar y bloquear los ataques de Arie, pero cada golpe que recibía la debilitaba más.
—¿Eso es todo lo que tienes? —se burló Arie, lanzando otra onda de energía que derribó a Eira al suelo—. ¿Cómo esperas despertar tu poder si ni siquiera puedes defenderte sin magia?
Eira jadeaba, sintiendo el dolor de sus heridas. Pero algo dentro de ella se negaba a rendirse. Aunque nunca había podido usar magia, sabía que su fuerza residía en su determinación y coraje. Se levantó, tambaleándose, y enfrentó a Arie con una mirada desafiante.
—No necesitas magia para ser fuerte —dijo Eira con firmeza—. Mi fuerza viene de mi corazón, de mis amigos y de mi voluntad de protegerlos.
Arie soltó una risa fría y despectiva.
—Veamos cuánto te sirve eso ahora —dijo, lanzándose hacia Eira con una velocidad sobrehumana.
La batalla continuó, pero Eira se estaba quedando sin fuerzas. Finalmente, Arie la derribó con un poderoso golpe, dejándola tumbada en el suelo. Eira sintió cómo la oscuridad la envolvía mientras su visión se desvanecía.
—Eres débil, Eira —dijo Arie, mirando hacia abajo con desprecio—. Nunca podrás despertar tu verdadero poder.
Con esas palabras resonando en su mente, Eira perdió el conocimiento, el dolor y la derrota pesando sobre su cuerpo y espíritu.
Cuando Eira abrió los ojos de nuevo, estaba de vuelta en su cama en la academia, cubierta de sudor frío. Su cuerpo dolía como si realmente hubiera estado en una batalla. Miró alrededor de su habitación, tratando de procesar lo que había sucedido.
—¿Fue solo un sueño? —se preguntó en voz alta, pero en el fondo sabía que había sido algo más.
Con una nueva determinación, Eira se levantó de la cama. Sabía que debía encontrar la manera de despertar su verdadero poder y enfrentar a Arie de nuevo. Pero por ahora, tenía que seguir adelante, apoyándose en la fuerza de sus amigos y su propia determinación.