Llevo una semana pésima sinceramente.
El lunes me sentía fatal. Tenía la nariz congestionada, y por la noche no podía respirar, y mi garganta estaba bloqueada. Parecía que iba a vomitar en cualquier momento.
Estornudaba y tosía todo el rato, pero mis padres ni palabra, así que tuve que hacerme un té para intentar mejorarme.
El martes mi hermano se resfrió. Y allí mis padres sí que se preocuparon. Me dolió que ignorasen que me encontraban mal. Entiendo que mi hermano sea el pequeño, que es más delicado. Pero duele ver que es como si mi resfriado nunca hubiese existido.
Me dieron nota de un examen de inglés. Un 8,65. Nunca saco menos de 9 en la asignatura. Estoy decepcionada. Mucho.
Sentí como que la profesora me miraba mal, decepcionada. Pensé que sacaría mejor nota. Ilusa, como siempre.
El miércoles me dieron nota de otro examen. Geografía e Historia. Saqué incluso peor nota que en inglés. Y pensar que había estudiado y creía que estaba preparade… Debería haberme esforzado más.
El jueves tuve un examen de Física y Química. Todavía tenía la nariz mal, y al final del examen me empezó a sangrar. Manchó las hojas del examen. Levanté la mano para pedirle al profesor ir al baño. Tardó varios minutos en darse cuenta de que existía. Fui al baño de mi curso. Estaba cerrado. Pasó una profesora por el pasillo. Me ignoró por completo.
Tuve que bajar al baño del piso inferior. Me encerré en uno de los baños para esperar hasta que me parase de sangrar la nariz. Tardó mucho. Estaba apoyada en la puerta porque la mayoría de los baños de mi colegio no tienen cerradura, por lo que tienes que mantenerlas cerradas desde dentro.
De repente, alguien empezó a golpear y empujar mi puerta gritando que saliese. Me asusté. Pensé que era un chico de esos muy maleducados con los que no puedes meterte en problemas. Tuve una experiencia muy mala hace dos años cuando fui al baño (Un grupo de chicos se pusieron a empujar todas las puertas del baño por molestar). Me equivocaba. Era un profesor.
Se asomó después de 5 minutos por encima de la puerta, y me di cuenta de que me había equivocado. Abrí la puerta y le dije: “Perdón, es que me sangra la nariz y quería un poco de privacidad…”
Me respondió: “Si yo digo que salgas, sales, ¿entendido?”
Le dije: “Perdón, pensé que eras otra persona y me había asustado—”
Se fue sin que pudiese terminar la frase, y ni siquiera sé si me escuchó.
Al volver a clase me enteré de que después de que me fuese a otra persona también le empezó a sangrar la nariz. Me sentí culpable.
El viernes estuve de bajón por el día anterior. Vi varias veces al profesor que me miró de forma severa en el baño. Intenté no mirarlo. Evitarle.
Decidí apuntar los días que tiene de guardia (vigilancia) en los recesos, para poder evitarlo y ahorrarme la vergüenza.
Creo que es un profesor de 4° de Secundaria. No quiero que el año que viene me toque como profesor. Seguro que tendrá una malísima imagen de mí. Que vergüenza.
En clase le volvió a sangrar la nariz a otra persona. Culpa de nuevo. Y vergüenza. ¿Y si yo fui la que empezó e hizo que a los demás les sangrase la nariz? ¿Qué pensaría el resto de gente?
El sábado, ayer, en un grupo de WhatsApp, estuvieron hablando de quedar. No tenía ganas.
No respondí a ningún mensaje. Ellos siguieron hablando sobre cómo dónde y cuándo quedar, y qué hacer. No contaron conmigo. Fui invisible.
En fin, esta semana no podría ser peor…
Es una de las peores. Llevo prácticamente todos los días llorando al menos una vez, no he podido dormir o duermo demasiado, he llegado tarde la colegio ya varias veces, he hecho que alguien me odie, no existo para otras personas, me siento como un trasto inútil, he sacado malas notas.
Perdón por hacerles leer todo esto. Necesitaba sacarlo de verdad.