A pesar de que era una institución reconocida, no faltaba alguna que otra cosilla que podría ser denigrante, en este caso, las peleas.
De noche, todos los portones se cerraban, pero eso no impedía que algún mocoso engreído salga por su ventana y baje por las hiedras con dificultad.
A medio kilometro de distancia, se daban las luchas nocturnas, organizadas por Karen Ludwig, alrededor de un circulo de arena en el cual se enfrentaban dos luchadores. Obviamente, tenia sus reglas, solo podían haber 4 espectadores y los luchadores no debían lanzar golpes en dirección al rostro, rodillas, cuello o manos. Para Karen, tener 20 o 30 dolares en su bolsillo eran como dominar al mundo y, la verdad, le sorprendía que despues de 6 meses ningun directivo se haya dado cuenta.
Francine siempre era la primera en pagar la entrada, solo para ver a Karen, aunque siempre arrastraba a Adam para que nadie sospeche nada. A él no le importaba, le parecía más tranquilo pensar en el bosque, a costa de los mosquitos y la posibilidad (casi nula, debido a la falta de guardias o seguridad) de que los descubran.
Esa noche, Marie debía pelear contra una tal Tanya, pero podría decirse que los 4 espectadores no dieron mucha atención a la pelea
-¿No te da impresión que nadie se haya dado cuenta de todo este rollo? -preguntó Francine mientras abría una lata de soda.
-Lo que me impresiona es que todos los días vengas a ver a Karen y solo le digas “hola”
-Si, si, si, eso lo sabemos ahora ¿Qué te dijo Redrick? -preguntó Francine, desesperada por cambiar de tema.
Adam le contó lo que sucedió, desde que salió de la habitación hasta el final de su conversación con el director. Después de pensar un poco, Francine escupió un poco de su soda, sorprendida.
-Oye ¿él no estaba con Radlow?
-No lo sé, nunca lo dijo -respondió Adam mientras le propinaban un rodillazo a Marie en el Circulo
-Es raro… Bueno, al menos fue mas interesante e intrigante que mi conversación con Karen
-¿Conversaste con Karen? Vaya progreso -dijo Adam burlándose, lo cual le costó, pues lo siguiente que sintió fue una hermosa cachetada
-¡Tú cállate idiota, morí de vergüenza allí! -respondió Francine, ofendida
-¿Moriste? Pero si siempre fuiste un fantas…
-¡¿QUIERES OTRO O QUE?!
Adam se calló rápidamente, mordiendo su labio para no decir algo más.
Después de un momento, Francine sugirió:
-¿Y si se esta por casar con la mujer de algún pariente?
-¡Ja! No empieces, Francine, leíste demasiadas novelas o leyendas
-Oye, tu sabes que lo de los Wittebane en Connecticut tiene una buena moraleja
-Ah si ¿cual?
-“No sigas a la mujer que le gusta a tu pariente”
-Francine… Cuando terminen las peleas duerme un poco… Mañana me vas a decir que “Los mitos de Cthulhu” te enseñan a bailar la Macarena…
-Púdrete, anciano -respondió Francine, volteando. Después de un momento, preguntó- Oye ¿me dijiste que viste a Marie salir de la oficina?
-O eso parecía, teniendo en cuenta la dirección en la que iba -respondió Adam
-Es raro… Mírala, es lo más agradable del mundo allá y aquí es un monstruo… ¿Apostaste?
-10 a que Marie ganaba
-Pues te está yendo bien -respondió Francine
La pelea no siguió mucho, Marie venció a Tanya atrapando uno de sus brazos en una llave. Luego de esto y de que los otros dos espectadores se fueron, Karen se acercó a Adam
-Oye ¿puedo darte lo que ganaste mañana a eso de las seis de la tarde? Es que debo dedicarme a los preparativos de la fiesta… ¡Hey, hola, Francine!
Francine no respondió, escondiéndose detrás de Adam.
-Tu no te preocupes -dijo Adam- Sé que todos están a tope con los preparativos de la fiesta, además, casi ni salgo de la habitación así que sabes donde hallarme.
Luego de esto, Karen resopló, se quitó su pequeño gorro rojo y empezó a alejarse, en dirección a la escuela.
-Vaya que eres miedosa -murmuró Adam al ver como Francine, llena de nerviosismo, quedó con la mirada fijamente en dirección al suelo. Asi estuvo durante todo el camino, hasta volver a la habitación.
-¿Sabes? Deberías concentrarte un poco menos en tus nervios e inmediatamente invitarla -fue lo ultimo que dijo Adam, antes de apagar la luz y acostarse.
Esa noche Adam tardó en dormir, pues pensó mucho en el anillo que le mostró el director y en las frecuentes visitas de Marie a este, aunque luego simplemente lo ignoro, pensando en la organización de las festividades del día siguiente.
Bueno, esta parte no la desarrollé mucho, porque no es muy importante para lo siguiente asi que perdon si parece que faltan detalles y de paso me disculpo por el…
(Loco, hace mal revisar mi galeria…)
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